Hoy en día, el anime es mucho más aceptado que hace 30 años, cuando a quienes lo disfrutaban se les hacía bullying simplemente por sus gustos. Aunque ese estigma ha disminuido, todavía existe cierto prejuicio, en parte por el tipo de animes que más se popularizan.
Y es que muchos animes actuales repiten una fórmula desgastada: un protagonista promedio que viaja a otro mundo, derrota al dios demonio y forma un harem de chicas, todo envuelto en una historia sin mucha profundidad. Sin embargo, el anime es mucho más que eso. Existen verdaderas obras maestras que abordan temas complejos y que merecen ser vistas.
Aquí van algunas recomendaciones para descubrir otra cara del anime:
Serial Experiments Lain
Puede que al principio te parezca lenta o confusa, pero si le das una oportunidad, te vas a encontrar con una serie profunda que habla sobre la identidad digital, la naturaleza de la realidad, la relación entre lo virtual y lo físico, la soledad y los efectos del internet en la mente humana. Es una serie que no te da todas las respuestas, pero te deja pensando mucho tiempo después de terminarla.
Cowboy Bebop
Desde el primer episodio te atrapa con su música impresionante y su estilo único. Aunque la idea de “vaqueros espaciales” puede sonar simple, la historia va mucho más allá. Cada personaje arrastra su pasado y su dolor, y aunque parecen rotos, encuentran algo de sentido al estar juntos. El mensaje es claro: por más que huyas, tu pasado siempre te alcanza. Una serie con estilo, corazón y mucha alma.
Neon Genesis Evangelion
De ser un anime de culto pasó a ser un fenómeno mundial, pero su popularidad no le ha quitado profundidad. Evangelion trata sobre traumas psicológicos, relaciones humanas, el sufrimiento existencial y la búsqueda de sentido. La serie nos recuerda que vivir también es sufrir, y que el dolor es parte esencial de la vida. A pesar del tiempo que ha pasado desde su estreno, sus temas siguen siendo tan actuales como siempre.
Conclusión
Estas series demuestran que el anime no es solo “tetas y fanservice” para gente con carencias afectivas. Hay contenido profundo, bien hecho y poderoso, solo hay que saber buscarlo. Y lo más importante: cuando encuentres algo de calidad, apóyalo.
Muchos animes que hoy son de culto fueron ignorados o fracasaron en su momento. Si como espectadores seguimos consumiendo solo lo superficial, la industria seguirá por ese camino. Pero si exigimos más, el anime puede volver a ser ese arte que emociona, que cuestiona y que trasciende.
En resumen, la última palabra la tiene el público. Si queremos más calidad, tenemos que pedirla, apoyarla y difundirla.