Categoría: Cultural

Por: YESI VENOSA MERCADO / Fecha: noviembre 10, 2025

Trilobite engarzado

Este hallazgo único revela cómo los romanos atribuían poderes mágicos a los restos fósiles.

Un pequeño fósil marino de aspecto segmentado ha revelado una conexión entre el pasado remoto de la tierra y la vida cotidiana del imperio. Este hallazgo se produjo en una casa antigua romana en Galicia, al noroeste de la península Ibérica.

Allí lo que alguna vez fue el basurero doméstico de una familia acomodada, se encontró unos trilobites (una clase de artrópodo extinto, hoy son fósiles más característicos de la era Paleozoica) lo más llamativo no es solo la edad del fósil, sino su función; todo indica que era usado para ser un amuleto con fines ya sean mágicos o protectores.

Según un nuevo estudio publicado por la revista Archaeological and Anthropological Sciences, que describe que por primera vez unos trilobites hallados en contexto romano y fueron manipulados intencionadamente por el ser humano.  Esto añade un capítulo fascinante a la historia del uso simbólico de fósiles, y sugiere que los romanos atribuían propiedades especiales a estos vestigios del pasado más profundo de la vida.

Un trilobite en la basura fue hallado en el 2021 en el nivel arqueológico llamado SU.204 del yacimiento A Cibda de Armea en el municipio de Allariz, que fue una antigua ciudad romana ubicada en una zona minera que prosperó en los siglos I y III de esta era. El fósil apareció entre fragmentos de cerámica, vidrio, y restos orgánicos acumulados en una zona probablemente utilizada como basurero.

Los investigadores han documentado hasta siete superficies de desgaste artificial en la parte inferior del fósil, lo que demuestra que fue modificado a propósito. Según el estudio, “las modificaciones observadas en la cara inferior del espécimen, que presenta hasta siente facetas de desgaste artificial para aplanar y dar forma al fósil, se interpretan como indiciosos de su posible uso como colgante o pulsera, probablemente como amuleto con propiedades mágicas o protectoras”.

A pesar de que no presenta perforaciones, los autores del estudio consideran que podría haber estado montado en un soporte metálico. En sus palabras, “Fuera cual fuera en que se montó el trilobite, o no fue sin duda concebido para cumplir una de las funciones propuestas: como objeto mágico, que fuera un talismán o amuleto con un propósito sobrenatural”.

Los romanos sentían fascinación por los fósiles y restos del pasado remoto. Fuentes clásicas mencionan que el emperador Augusto coleccionaba huesos fósiles, que mandaba a excavar y exhibía en su silla de Capri, donde estableció un museo dedicado a estas reliquias naturales. Siendo así, los investigadores plantean varias hipótesis sobre el uso de los trilobites de Armea. La hipótesis más sólida es que eran amuletos, por la forma pulida, y el desgaste controlado en ciertas áreas.

Este fósil, que procede de un mar antiguo, viajero entre regiones y portador de significados ocultos, es un testigo silencioso de cómo los romanos relacionaban el mundo natural con el ámbito mágico y personal. Su estudio nos permite ver con más claridad una faceta poco conocida del pasado: de los objetos antiguos que cruzan fronteras temporales y culturales para seguir contando historias de las creencias de las civilizaciones antiguas.