Categoría: Cultural

Por: SAMUEL GARCIA GARCIA / Fecha: diciembre 15, 2025

La Colonialidad no es una contraparte de la modernidad, sino algo desprendido de ella.

Fotografía de Walter D. Mignolo. Recuperado de su perfil profesional en la página de la universidad «Duke University».

ACTO 1 | EL PARADIGMA COTIDIANO.

A veces suele ser complicado observar más allá de lo que nuestra pequeña burbuja social nos muestra. Creemos formar parte de una modernidad libre de las ataduras que en antaño dominaron a cientos de personas, grupos y sociedades. Sin embargo, lo cierto es que muchos de los aspectos importantes de la modernidad fueron construidos con base en un proceso colonial que suprimió y dominó a pueblos y agrupaciones para jerarquizar e impulsar la Europa moderna. Muchas de estas bases, lamentablemente, persisten en la vida cotidiana y el ámbito académico. Walter Mignolo, siendo uno de los pensadores principales en el movimiento decolonial, realiza una enorme crítica sobre el paradigma decolonial y la manera en la cual se debería catalogar a la decolonialidad como un suplemento de la modernidad, una que se encuentra cargada del pensamiento eurocentrista colonial incluso en áreas académicas como lo es en los apartados del historiador.

Mignolo afirma que la «Agencia de los Damnés de la Terre» —un trabajo de Frantz Fanon—, recoloca y regionaliza las experiencias históricas con base en la reunión y el entorno como una categoría más que se incorpora en la «decolonialidad», siendo esta un suplemento del paradigma de la «modernidad/colonialidad». El argumento que utiliza, es que si se considera a la colonialidad como una forma constituida por la modernidad, se crea una retórica basándose en una percepción de salvador que se convierte en un paradigma opresivo que condena a la colonialidad a una desconfianza y desprendimiento cultural entre aquellos que reaccionan ante dicha violencia imperial y dominio. Este tipo de postura se traduce entonces en proyectos descoloniales que poco hacen por alejarse de dicha perspectiva y propician aún más la mentalidad de la modernidad. Se podría decir, que este tipo de pensamiento es una retórica que se encuentra arraigada en lo profundo del pensamiento académico que hoy en día usa todavía bases eurocentristas en sus análisis críticos. Esto crea un pensamiento: la colonialidad no es una contraparte de la modernidad, sino algo desprendido de ella.

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ACTO 2 | EL PARADIGMA MODERNO.

Dentro del paradigma moderno, no se cuestiona la ideología propiciada entre los diferentes tipos de movimientos que impulsaron la colonización; aspectos como el mercantilismo del siglo XVI, la revolución industrial del siglo XIX o los debates actuales sobre la percepción de oriente en los enfrentamientos armados con Estados Unidos, u otros tantos ligados al orientalismo. La decolonialidad es entonces una forma lógica de manejar el colonialismo haciendo frente al paradigma moderno. En sus bases, el pensamiento busca desprenderse y abrirse hacia un raciocinio moderno que utiliza la memoria histórica, la percepción del entorno y desprenderse del falso conocimiento universal occidental. Mignolo presenta el pensamiento decolonial como un emergente propio de la modernidad, como un aspecto contrario, pero al mismo tiempo semejante. El entorno es un limitante y catalizador de este tipo de pensamiento. Ejemplos de esto están en el pensamiento decolonial en las Américas, semejante a lo visto durante el periodo decolonial del Imperio Británico o el colonialismo francés; siempre se trata de un proceso que se regula y emerge por su entorno sobre la base de las necesidades de sus sociedades. De esta forma, el pensamiento decolonial se diferencia de la teoría decolonial o los estudios poscoloniales, siendo su base localizada en el estructuralismo regional.

La influencia se encuentra, por ejemplo, en el pensamiento fronterizo, que parece diferenciarse enormemente del nacionalismo central en las capitales de los países para formar un entendimiento subjetivo que brinda la expansión multicultural creando su propio espacio aislado. Esto confirma la teoría de que el pensamiento decolonial no contiene un aspecto político, sino cultural. En dicho paradigma, no existe una extrema izquierda o una extrema derecha; las independencias descolonizadoras se interpretan en una lógica «revolucionaria» única y comunitaria. Es decir, es el territorio, las aproximaciones y la sociedad lo que rige la modernidad, siendo esta una estructura lineal temporal de un espacio reducido; por ejemplo, lo visto en el proceso colonial dominante de Grecia a Roma, a Europa a Occidente y de Occidente a Oriente. Este giro decolonial, de la forma en la que Mignolo lo interpreta, abre las puertas a un camino que conduce no a una verdad o un nuevo paradigma social/académico, sino a otros lugares de debate; a un aspecto de la memoria que utiliza las heridas de la operación y el dominio para tejer el pensamiento decolonial y transformar a la modernidad no como una contraparte, o un dominante creador, sino como un aspecto propio y unificado correctamente.

«Primer desembarco de Cristóbal Colón en América», de Dióscoro Puebla, 1862. Digitalizado por el «Museo del Prado».

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«Song Programs for Youth: Treasure», de N.C. Wyeth, 1938. Digitalizado por «Ginn and Company».

ACTO 3 | EL PENSAMIENTO DECOLONIAL.

El pensamiento decolonial tiene el objetivo de tratarse de un fenómeno pluri universal, no meramente universal, que a diferencia de los otros tipos de pensamientos y paradigmas que si tienen entre sus objetivos una perspectiva o finalidad universal, intenta crear una red de genealogía que logre despegar las ideas y motivar a la introducción de las lenguas, la memoria historia, los aspectos culturales o sociales y el propio pasado colonial junto con la herida imperialista, para crear una modernidad más amplia que logre utilizar todos los aspectos posibles y se aleje de la perspectiva unificadora occidental o eurocentrista.

En la actualidad, el uso académico de la poscolonialidad, reclama la introducción de aspectos políticos y sociales referentes a los «otros», sin embargo, siendo esto un proceso en sí mismo como una lucha, creo que es importante no olvidar que la modernidad es un elemento complicado de eliminar o modificar de un momento para otro. De ahí que el pensamiento decolonial sea tan relevante, porque su fundamento se encuentra en los cambios paulatinos y la modificación no de la modernidad en sí misma, sino de la forma académica sobre la comprensión del colonialismo que hoy en día todavía sean referentes europeos u occidentales. Puesto que, usando el mismo tipo de pensamiento de Walter Mignolo, el primer cambio debería estar en las universidades y la educación social.

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—BIBLIOGRAFÍA—

  • Castro-Gómez, Santiago y Ramón Grosfoguel, coord., 2007. El giro decolonial: reflexiones para una diversidad epistémica más allá del capitalismo global. Bogotá: Siglo del Hombre Editores.