La cultura olmeca se desarrolló durante el Preclásico Medio (aproximadamente de 1200 a.C. a 400 a.C.) en la región costera del Golfo de México, particularmente en el sur de Veracruz y el oeste de Tabasco. Su área nuclear se extendía entre los ríos Coatzacoalcos y Grijalva, donde florecieron grandes centros ceremoniales como San Lorenzo, La Venta y Tres Zapotes.
Desde sus asentamientos en humedales y sabanas bajas, los olmecas desarrollaron una sociedad altamente compleja. San Lorenzo, considerado como el primer centro regional, se consolidó entre 1500 y 900 a.C. y se alzó sobre plataformas artificiales. La Venta, por su parte, alcanzó su apogeo entre 1200 y 400 a.C.; fue la primera ciudad mesoamericana organizada de forma planificada, con pirámides, plazas y esculturas monumentales.
Su alimentación era igualmente diversa y estratégica. Aprovechaban el agua y el terreno fértil para cultivar maíz, calabaza, tomate, batata y nueces. También pescaban mojarra y juile, y consumían tortuga, almejas, cangrejos, iguanas, serpientes, quelites y frutas como piña, papaya, mamey y pitaya.
En cuanto a su vestimenta, los olmecas usaban prendas ligeras: taparrabos o faldas cortas para los hombres y faldas para las mujeres. El algodón fue un material fundamental y posiblemente ya utilizaban el telar mesoamericano. Los adornos incluían collares, orejeras, narigueras y brazaletes elaborados con conchas, piedra verde o cerámica. Los gobernantes y guerreros lucían cascos o tocados decorados con plumas.
Lo más distintivo de su legado es su arte monumental. Sobresalen las famosas cabezas colosales talladas en basalto, cada una con rasgos únicos y cascos característicos. Fueron transportadas desde canteras lejanas, lo que refleja una sociedad organizada con gran capacidad técnica. En sitios como La Venta se encuentran también altares ceremoniales y ofrendas monumentales.
Los olmecas dejaron una huella imborrable: se les considera la “cultura madre” de Mesoamérica, precursora de rituales, sistemas calendáricos, escritura pictográfica y simbolismos religiosos centrados en jaguares, cuevas y serpientes emplumadas, que fueron retomados por civilizaciones posteriores como los mayas y mexicas.

La cultura olmeca, surgida entre 1200 y 400 a.C. en la costa del Golfo de México, desarrolló una sociedad compleja, con arte monumental, alimentación variada y vestimenta elaborada.