En las últimas décadas, las redes sociales se han convertido en el escenario perfecto para la aparición de los llamados retos virales: desafíos que invitan a miles de usuarios a imitar una acción y compartirla en línea. Algunos parecen inofensivos y divertidos bailes, coreografías o juegos, pero otros han llegado a poner en riesgo la salud e incluso la vida de quienes participan. Lo que comienza como un acto de entretenimiento colectivo puede transformarse en una peligrosa cadena de conductas imitadas sin medir las consecuencias.
Un reto viral es una dinámica que circula con gran rapidez en redes sociales y plataformas digitales. Generalmente, invita a las personas a cumplir con una acción concreta, como grabarse en video o tomarse una fotografía y luego compartirla en línea. Estos desafíos pueden variar desde propuestas entretenidas y creativas, hasta contenidos que buscan concientizar o, en algunos casos, prácticas que representan un riesgo para quienes las realizan.
Para muchos adolescentes, los retos virales representan una actividad atractiva y entretenida, además de una oportunidad para destacar entre sus pares. Al sumarse a Las dinámicas logran captar la atención de su entorno social y sentirse parte de un grupo, un efecto que se potencia con la visibilidad, los comentarios positivos y la aprobación que reciben en redes sociales.
Para evitar los riesgos, el gobierno de México comparte una serie de recomendaciones. Resulta fundamental que madres, padres, tutores y docentes se adentren en el mundo digital. Conocer cómo funcionan las redes sociales y los
peligros que pueden esconder es clave para acompañar, formar y guiar a niñas,
niños y adolescentes en un uso responsable y seguro de las tecnologías de la
información y la comunicación (TIC).
Recomendaciones para prevenir la participación en retos virales:
- Fomentar un ambiente de confianza en casa, donde las y los menores sepan
que cuentan con apoyo en caso de enfrentar una dificultad. Escuchar con
empatía e interesarse por sus actividades digitales ayuda más que imponer
censuras tajantes. - Estar al tanto de las cuentas y personas que siguen en redes permite
identificar qué tipo de contenido consumen y, en su caso, anticipar riesgos. - Mantenerse actualizado en nuevas plataformas facilita orientar el uso hacia contenidos apropiados para su edad.
- Conocer qué publican sus contactos en línea ayuda a dimensionar la
influencia que reciben. - Establecer límites de tiempo frente a pantallas, especialmente en dispositivos como celulares, tabletas, consolas y computadoras.
- Conversar de manera constante sobre prácticas de riesgo, como compartir
datos personales con desconocidos, el acoso en línea o la exposición a
pornografía y violencia.
Es importante no minimizar los sentimientos de niñas, niños y adolescentes. Detrás de la popularidad de estos retos existe una necesidad real de pertenencia y reconocimiento. Comprender esta búsqueda de aprobación social permite orientar mejor su conducta y validar sus emociones.
Trabajar en su autoestima es igualmente esencial, al fortalecerla, aprenderán a
distinguir entre comentarios o actitudes que contribuyen a su desarrollo y aquellas que, por el contrario, los empujan a acciones arriesgadas con el único fin de obtener seguidores o aceptación.
Los retos virales seguirán apareciendo, pero la clave está en qué niñas, niños y
adolescentes cuenten con las herramientas necesarias para no poner en juego su
bienestar por unos segundos de popularidad en internet.
