Categoría: Salud

Por: MARLENE ESTEFANIA VENEGAS MUÑOZ / Fecha: diciembre 15, 2025

“La crisis de suicidio en Chihuahua exige unir esfuerzos sociales, institucionales y comunitarios para salvar vidas.”

Óscar Ricardo Leal Galo es psicoterapeuta del Instituto Municipal de Prevención y Atención a la Salud (IMPAS). Especialista en psicoterapia breve, trabaja diariamente con personas que enfrentan depresión, ansiedad, violencia de género y pensamientos suicidas, y ha enfocado gran parte de su experiencia en la atención a hombres a través de grupos terapéuticos centrados en las masculinidades.

Desde su experiencia, ha observado cómo el fenómeno ha cambiado. “Antes se veía principalmente en personas mayores de 25 años, pero ahora estamos viendo casos desde los 15 años. Ha bajado mucho la edad. Son adolescentes y jóvenes de entre 15 y 35 años los que más se están quitando la vida.”

El IMPAS ha respondido a esta crisis con una estrategia multifacética. Entre sus servicios más importantes está la terapia individual psicológica, además de grupos terapéuticos especializados. Uno de estos, liderado por el propio Óscar, trabaja con hombres en temas de masculinidad, manejo emocional y construcción de redes de apoyo. “El grupo ayuda a generar redes de apoyo y a que reconozcan sus emociones sin vergüenza”; también hay atención a niñas, niños y adolescentes, así como también ofrecen acompañamiento terapéutico a los padres. “Nosotros vamos a las escuelas, pero también muchos padres nos traen a sus hijos. Trabajamos en ambas direcciones.”

Una de las herramientas más importantes del IMPAS es su Línea en Crisis, “Grítalo, sácalo, háblalo”, disponible las 24 horas, los 365 días del año. Leal forma parte del equipo que atiende estas llamadas en tiempo real.

“La idea es que quien conteste esté capacitado específicamente para atender temas relacionados con el suicidio. No es una línea común, es una línea de intervención en crisis”, explica mientras advierte que, incluso durante la entrevista, tendría que responder si le llegara a entrar una llamada. A veces me quedo hablando dos horas con una persona en crisis. No colgamos hasta que se estabilice. Regularmente, marcan durante la tarde cuando se va a cometer el suicidio o lo va a intentar. Cuando se da la llamada en la madrugada, está más bien vinculado con una crisis emocional en donde no está pensando suicidarse, pero sí trae atorado un tema de desbordamiento o crisis de ansiedad o de depresión.

Esta línea ha sido crucial para la prevención inmediata. “Sí, ha habido mejoras, no puedo decir que al cien por ciento, porque el suicidio no depende solo de una llamada”. Es multifactorial: influye en la familia, el entorno, la salud mental, incluso con el tema del consumo de drogas. Pero sin duda, tener esta atención inmediata puede ser la diferencia entre la vida y la muerte.

El estigma sigue siendo una barrera enorme. “Hemos hecho campañas para normalizar el hablar de salud emocional; también hemos capacitado a medios de comunicación para evitar notas rojas que revictimicen a las personas que se suicidan. Estamos tratando de que se hable del tema con respeto, sin morbo, sin prejuicios”.

En los grupos terapéuticos, cuando una persona entra en crisis emocional, los terapeutas actúan con rapidez. “Se le saca del grupo y se le brinda contención en un espacio seguro.” Si se requiere, se le vincula con su familia, con su médico o incluso con nuestro psiquiatra. Se busca darle toda la atención que necesita, de manera inmediata.

El acceso al IMPAS es sencillo; cualquier persona mayor de edad puede acudir directamente o llamar para agendar una cita. Para menores de edad, deben comunicarse los padres o tutores. Se abre un expediente y se asigna al terapeuta adecuado según el caso.

Sobre los factores que están detonando esta crisis en Chihuahua, Leal es claro: La pobreza, la violencia familiar, la violencia de género, el consumo de sustancias —especialmente el cristal—, y también las predisposiciones genéticas a la depresión. Todo eso influye.

Sin embargo, Leal reconoce que los esfuerzos institucionales no son suficientes. “Ponemos nuestro granito de arena, pero esto necesita ser un trabajo multidisciplinario. Tiene que involucrarse toda la sociedad. No es solo cosa de los psicólogos”. Y en medio de todo, queda claro que, mientras más pronto se hable del problema, más vidas se pueden salvar.

El incremento en los casos de suicidio en el estado de Chihuahua representa una profunda tragedia que no puede ser ignorada. Para hacer frente a este fenómeno, es fundamental seguir fortaleciendo las campañas de prevención, ampliando su alcance y presencia, especialmente en los medios de comunicación. La difusión constante y clara puede marcar una diferencia crucial.

Solo mediante un enfoque integral, que involucre la colaboración entre autoridades, sociedad civil y profesionales de la salud mental, será posible reducir estas cifras alarmantes.

Cada vida perdida puede ser un llamado urgente a actuar con mayor empatía y responsabilidad. Hay que construir, juntos, un entorno donde la desesperanza no sea vista como la única salida, sino donde existan redes reales de apoyo y acompañamiento, coinciden los entrevistados.