Las aplicaciones de citas han transformado de manera profunda la forma en que los jóvenes se acercan y construyen sus vínculos amorosos. Hoy, un perfil, una foto y una breve descripción sustituyen a los encuentros fortuitos o a las presentaciones tradicionales, dando paso a un escenario donde la conquista ocurre detrás de una pantalla.
Para algunos, estas plataformas representan la posibilidad de encontrar personas afines y entablar relaciones de manera más directa; para otros, son un espacio marcado por la fugacidad y la superficialidad. Lo cierto es que las dinámicas del enamoramiento y el compromiso se han modificado, dejando claro que la tecnología no solo cambió la comunicación, sino también la forma de sentir y relacionarse.
Uno de los rasgos más llamativos es la gamificación del romance. Las aplicaciones, al basarse en perfiles breves y elecciones rápidas como deslizar a la derecha o a la izquierda, tienden a reducir a las personas a simples opciones descartables, en lugar de verlas como individuos complejos. A ello se suma la sobresaturación de alternativas, que genera lo que los psicólogos denominan la “paradoja de la elección”: cuando hay demasiadas opciones, resulta más difícil tomar una decisión y sentirse satisfecho con ella.
Según una página web de una clínica alemana, cada interacción con otros devuelve un reflejo de cómo somos percibidos y valorados, algo que impacta directamente en nuestra autoestima e identidad. El ser humano, por naturaleza social, busca en el amor plenitud, seguridad y apoyo emocional. Sin embargo, cuando no se logra establecer una pareja, especialmente si existe un fuerte deseo de hacerlo, aparecen sentimientos de frustración y dudas como: “¿qué me falta?”, “¿por qué los demás sí y yo no?”, o “¿soy suficiente?”. Estos pensamientos pueden dañar la autoestima, por lo que los especialistas recomiendan recordar que encontrar una relación requiere apertura, acción y, sobre todo, un proceso previo de autoconocimiento.
En México, el uso de estas plataformas está muy extendido. De acuerdo con una encuesta de Statista retomada por la revista de la Procuraduría Federal del Consumidor (Profeco) en 2023, Tinder lidera con el 72,7% de usuarios, seguida de Bumble (68,2%), Grindr (13,6%), Badoo (11,4%), Happn (6,8%) y Facebook Parejas (4,5%).
El uso constante de estas apps también trae efectos emocionales y sociales.
- Dificultad para mantener habilidades sociales en la vida cotidiana.
- Relaciones más impersonales y menos humanas.
- Menor cercanía en los afectos.
- Expectativas irreales, creadas a partir de entornos digitales que no reflejan la realidad.
A esto se añaden los riesgos de seguridad, como perfiles falsos, fraudes, estafas o robo de identidad. Ante ello, la Profeco recomienda verificar la información, evitar compartir datos sensibles y reportar cualquier comportamiento sospechoso o solicitud de dinero.
En definitiva, las apps de citas han abierto nuevas posibilidades para relacionarse, pero también plantean retos emocionales, sociales y de seguridad. Más que rechazarlas, el desafío está en aprender a usarlas con conciencia, equilibrio y precaución, recordando que detrás de cada pantalla siempre hay una persona con emociones reales.
