La Guerra de Castas, que tuvo lugar en Yucatán desde 1847 hasta 1901, es uno de los episodios más significativos y controvertidos de la historia yucateca. Este conflicto armado fue el resultado de una compleja interacción entre factores sociopolíticos, económicos y culturales que definieron las relaciones entre las comunidades indígenas mayas y el gobierno yucateco, así como los intereses de los colonizadores y terratenientes en la península de Yucatán. El objetivo de la Guerra de castas era el respeto por la diversidad de los pueblos indígenas, reconocer el valor de la tierra y dejar a un lado las inversiones extranjeras que eliminaban la riqueza cultural de la zona. Esta lucha reestructura y visibiliza al indígena maya, reconociendo a este pueblo con una identidad y derechos.
Para entender un poco más hay que conocer los antecedentes que llevaron a esta guerra. Aproximadamente en el año de 1840 la élite yucateca ya empezaba a ser conocida por sus ideas separatistas. El estado de Yucatán tuvo dos grandes intentos de separarse para ser un país independiente. El primer intento fue en el año de 1841 y el siguiente fue en el año de 1846. Para ese momento, Texas ya se había separado y el gobierno nacional no quería más sublevaciones, por lo que enviaron armas y parte del ejército para acabar con los rebeldes. Estos, al saber que se avecinaba un enfrentamiento de armas, enviaron a sus siervos de origen maya a luchar por ellos. Durante los periodos de independencia de Yucatán, se ofreció a los mayas la reducción de impuestos y deudas a cambio de su participación en las luchas contra el ejército mexicano. Sin embargo, estas promesas nunca se cumplieron.
En Yucatán, los indios tuvieron varias ventajas: los débiles lazos económicos y políticos de Mérida con México; una vigorosa tradición cultural prehispánica, al grado de que con frecuencia se ha hablado de que, en cierto sentido, los conquistados conquistaron a sus conquistadores; la ausencia de obstáculos naturales preservó, por un lado, la unidad cultural maya y, por el otro, facilitó los desplazamientos masivos de los indios. Uno de los principales reclamos de los indios mayas para el levantamiento en armas contra los blancos fue un conflicto agrario que se generó gracias a la privatización de tierras públicas en la que los principales beneficiarios fueron hombres blancos como empresarios, terratenientes, militares y sacerdotes.
Por otra parte, la necesidad de trabajadores para el cultivo de estas nuevas tierras hizo que la explotación y los abusos se convirtieran en el pan de cada día; se volvió una costumbre obligar a los indígenas a dejar sus propias tierras para que fueran empleados como peones en haciendas en las que se les otorgaba una choza en condiciones precarias y su pago era una miseria y debían gastarlo en la tienda de raya de la hacienda. Otra de las cosas que propiciaron el enojo de los indígenas fue que los obligaron a pagar a la iglesia el diezmo, que es una décima parte de la producción agrícola, que después se convertiría en pago de dinero y las primicias, que son los primeros frutos de la cosecha. También pagaban por bautismos y matrimonios. Al final, los mayas buscaron la libertad y su dignidad; deseaban rescatar sus tierras, no ser explotados y no pagar impuestos insostenibles a la iglesia. La Guerra de Castas fue uno de los pasajes de la historia de Yucatán que permitió que la cultura Maya siga vigente hasta nuestros días.