Posverdad es la distorsión deliberada de una realidad, que manipula creencias y emociones con el fin de influir en la opinión pública y en actitudes sociales.
Este fenómeno nos recuerda que los humanos somos los seres más fácilmente manipulables de todos, no importa que tan inteligente o que tanta fuerza de voluntad se tenga o crea tener, siempre se verá influenciado por otros sin darse cuenta.
Vivimos en un mundo de apariencias donde las personas se enfocan más en la imagen externa y la percepción pública que en la realidad o sustancia de las cosas. La tendencia humana a prestar más atención a ciertas cosas que a otras, a filtrar información según nuestras creencias, deseos y expectativas, puede llevar a una percepción distorsionada de la realidad, donde solo vemos aquello que confirma nuestras ideas. Lo que percibimos a través de nuestros sentidos no es la verdadera realidad, sino una representación subjetiva de ella. Esta noción ha sido explorada en la filosofía por pensadores como Platón, quien argumentaba que los sentidos nos muestran solo copias imperfectas de las formas o ideas eternas.
En este contexto, las relaciones pueden ser superficiales y basadas en la conveniencia, el estatus social o la atracción física, en lugar de una conexión profunda y sincera.
Las personas adoptamos actitudes, creencias o decisiones que si estuviéramos solos no habríamos tomado. Lo hacemos para encajar en un grupo, seguir tendencias o evitar el juicio social, incluso si eso significa comprometer sus propios valores o deseos.
¿Realmente vale la pena dejar todo en manos de las masas? La gente no siempre quiere lo mejor para el mundo. La idea de que no hay una sola verdad o punto de vista se puede entender como una forma de relativismo o escepticismo.
A lo largo de la historia, la educación se ha instrumentalizado como un arma de control político y cultural, como un instrumento para moldear el pensamiento colectivo a favor del gobierno. Un ejemplo son las clases de historia para contar lo que pasó, pero también para moldear cómo quieren que se recuerde.
En 1988, Edward S. Herman y Noam Chomsky escribieron un libro llamado Manufacturing Consent. En él describen cómo los medios de comunicación pueden utilizarse para manipular la opinión pública y dar forma al discurso público. Ellos argumentan que los medios de comunicación, a pesar de afirmar su objetividad, a menudo actúan como un sistema de propaganda, reforzando los intereses de grupos poderosos de la sociedad.
La historia está llena de ejemplos donde los medios ocultaron la verdad. La guerra de Vietnam es un ejemplo. Durante años, muchos medios en Estados Unidos reprodujeron la narrativa oficial del gobierno de que la guerra era necesaria y se estaba ganando. No fue hasta la filtracion de los documentos del Pentágono y la cobertura de periodistas en el terreno, que la verdad sobre las atrocidades de la guerra salieron a la luz.
“Vivimos en un mundo donde el funeral importa más que el muerto, la boda más que el amor y el físico más que el intelecto. Vivimos en la cultura del envase, que desprecia el contenido.” – Eduardo Galeano.
La cita critica la superficialidad de la sociedad actual, donde las apariencias, los rituales y las formas externas son más importantes que el contenido, la sustancia y los valores verdaderos.
Se suele marginar a cualquier persona que no encaja del todo en el molde de lo que se espera. Porque este mundo no está pensado para adaptarse a quienes son distintos, más bien exige que ellos se adapten.
En esta sociedad, las cualidades más admiradas son la productividad, el atractivo físico, el carisma o seguridad personal. Solo unos pocos tienen lo necesario para ser admirados, el resto, los que no brillan, los que no destacan, son ignorados, descartados e incluso ridiculizados.
No hay una sola verdad o punto de vista; la realidad puede ser percibida e interpretada de diferentes maneras, y que no existe una única perspectiva correcta.
Los famosos, influencias, etc., son moldeados y lanzados como un producto para que agrade a ciertas masas. Pocos saben lo que realmente pasa dentro de su círculo, o no les importa.
La gente solo cree lo que quiere creer, así sea una mentira. Así funciona la viralidad. Si entras a cualquier red, verás cosas bastantes simples siendo tendencia. Vivimos un mundo donde las apariencias, la frivolidad y, sobre todo, el cambio de mente humana, dominan tu vida.