Un escorpión le pide a una rana que lo cargue para cruzar un río. La rana le dice: ¿cómo sé que no me picarás? Y el escorpión responde: porque eso haría que ambos nos ahogáramos.
La rana la acepta y, a la mitad del camino, el escorpión la pica. Cuando la rana le pregunta por qué lo hizo y le recuerda que los dos van a morir, el escorpión responde: es mi naturaleza.
¿Cuál es la naturaleza del mal?
¿Es malo el lobo que caza a la liebre? ¿Y el oso que mata al lobo?, ¿O el hombre que mata al oso? ¿Eso es maldad o naturaleza? A diferencia de los animales, nosotros no nos conformábamos con satisfacer nuestras necesidades y hay un punto en que nuestros deseos parecen aumentar progresivamente al grado de querer abarcarlo todo.
Ninguna persona es moralmente perfecta, aun cuando muchos lo intentan. Aunque seas humilde también, te puede gustar tener bastante en un par de ocasiones. Aunque seas pacífica, también te puedes cansar del abuso y, aunque seas buen perdedor, también te gustaría ganar alguna vez.
Existen personas que actúan indebidamente por causa de sus malas experiencias o porque no saben distinguir entre el bien y el mal, pero también existen aquellas que gozan de lastimar a otros sin ninguna justificación.
Entonces, ¿cuál es nuestra naturaleza real?, ¿somos lo que creemos que somos?, ¿O solo es una máscara? El debate de si los humanos somos buenos o malos por naturaleza es bastante antiguo y bastante común. Algunas posturas nos dicen que somos buenos y la vida nos enseña la crueldad, que somos malos. La sociedad nos vuelve peor, hacemos cosas buenas, pero también cosas malas, ya sea o no intencionalmente. Los seres humanos somos imperfectos y hay instintos de por medio, pero no es qué lado del ser humano está en nuestro interior, la clave son nuestras elecciones.
La sombra
Existe un arquetipo llamado la sombra, acuñado por Carl Jung. Se define como los aspectos oscuros de nuestra personalidad, que contiene, deseos, impulsos, emociones y aspectos de nuestra psique que socialmente son considerados indeseables, por lo que a menudo reprimimos en lo más profundo de nuestras mentes sin saber que las consecuencias de hacerlo pueden ser muy graves.
Las sombras son aspectos de nuestra personalidad que reprimimos o negamos porque no encajan con la imagen que queremos proyectar o aceptar de nosotros. Esta sombra contiene elementos como deseos, impulsos y aspectos que no necesariamente son malos, pero que por alguna razón, probablemente social o cultural, hemos decidido rechazar y enterrar en lo más profundo de nuestro ser. Por ejemplo, la mayoría de adultos ajustan su personalidad, gustos y comportamientos a los que la sociedad acepta como adecuados o maduros, acorde a su edad. Pero esta parte de la personalidad, traviesa, ridícula y bromista, también es parte de muchos de nosotros, esconderla o tratar de eliminarla puede ser prejudicial entender nuestros gustos o deseos, aunque parezcan infantiles, es saludable.
Según Jung, la sombra es parte de nuestro inconsciente y, si no la reconocemos y la enfrentamos, puede influir negativamente en nuestras vidas, ocasionando que tengamos comportamientos conflictivos o impulsivos. La sombra no solo consiste en tendencias moralmente reprobables, existen cualidades positivas en nuestra sombra que debemos reconocer y adoptar como parte de nuestra personalidad, que, de hecho, muchas personas tienen una gran tensión interna por no asumir estas características propias. Esto con la intención de querer encajar con la imagen social que queremos dar.
La clave de la sombra es no negar con falsa dignidad que tú jamás serías egoísta, injusto, cruel o mezquino, sino que admitas que podrías serlo, pero eliges ser mejor.