
Introducción: Rompecabezas del poder
¿Qué puede ocurrir con una comunidad o una sociedad que se acostumbra a vivir en medio de circunstancias políticas, económicas y socioculturales atravesadas por entornos repletos de crueldad? ¿Qué nos dice esto de la sociedad misma y cómo fue que llegamos hasta aquí?
La crueldad y la justicia guardan una relación particular: en teoría, dentro de sociedades que garantizan los derechos humanos, la segunda debería limitar a la primera a partir de marcos jurídicos objetivos que actúen en igualdad frente a todas las personas involucradas. Sin embargo, esto no siempre ocurre. A veces la relación se invierte: la crueldad se vuelve un tema menor y sin importancia —aunque arrase con todo a su paso— cuando la obtención de poder es tal que la impunidad termina por imponerse. En esos escenarios, los marcos jurídicos funcionan solo en el discurso y sirven como instrumentos para construir narrativas absurdas, completamente alejadas de las garantías que deberían defender.
Fabricación, el más reciente libro del periodista y académico Ricardo Raphael, no solo relata uno de los episodios más extraños de la historia política y social reciente de México, sino que logra plasmar, a través del rompecabezas que resultó ser el turbio caso del supuesto plagio de Hugo Alberto Wallace en la Ciudad de México, qué ocurre cuando la crueldad, la injusticia y la corrupción se entrelazan. El resultado es una serie de circunstancias en las que todo lo que podía salir mal para las víctimas, salió mal. Así, el libro evidencia cómo hay quienes son capaces de cosificar y victimizar a cualquiera que se cruce en su camino, con tal de escabullirse de la justicia o, peor aún, de acumular poder económico, político y social.
La obra de Ricardo Raphael no solo reconstruye un caso emblemático, sino que nos invita a reflexionar sobre la fragilidad de nuestras instituciones y los peligros de normalizar la crueldad.
Sobre Ricardo Raphael
Ricardo Raphael es periodista, escritor y docente. Se autodefine como un “oportunista epistemológico”, interesado en explorar tanto la geografía como los rincones del conocimiento. Desde hace más de 25 años ejerce como reportero y analista, consolidándose como una de las voces más críticas y versátiles del periodismo mexicano.
Ha conducido los programas Espiral y Calle 11 en Canal 11, así como No hay lugar común en ADN40. Es columnista de El Universal —medio en el que también integra el Consejo Editorial Consultivo— y escribe tres veces por semana su columna Política Zoom en Milenio Diario. Además, colabora en distintos medios nacionales e internacionales.
Actualmente dirige el Centro Cultural Universitario Tlatelolco de la UNAM. Entre sus publicaciones se encuentran: Los socios de Elba Esther (biografía periodística), El otro México (crónica de viaje), Mirreynato (ensayo), Hijo de la guerra (novela), La institución ciudadana (ensayo), Periodismo urgente (manual de investigación) y Para entender la institución ciudadana (Nostra).
(Sinopsis elaborada a partir de la página oficial del autor y de su semblanza en Milenio.com).
Sinopsis de la obra
La madrugada del 12 de julio de 2005, un joven empresario desapareció en extrañas circunstancias en la Ciudad de México. Su familia aseguró de inmediato que había sido víctima de un secuestro y, con el paso de los meses, las calles se llenaron de espectaculares que pedían a la ciudadanía ayudar a localizar a los supuestos plagiarios.
Esta es la historia de un duelo fabricado que terminó convertido en un descarado circo mediático: el mito de una madre que, bajo la fachada de una mujer devastada, torció los hechos para ganar notoriedad e influencia, mientras destruía la vida de numerosas personas inocentes.
Ricardo Raphael explora la paradoja de una persona que puede ser víctima y victimaria al mismo tiempo: una manipulación de la realidad que se vuelve posible cuando la verdad se subordina a la política y cuando las instituciones encargadas de impartir justicia son sustituidas por un entramado de corrupción, crueldad y tráfico de influencias. (Sinopsis oficial de la obra)
A lo largo de 536 páginas, el autor ofrece una minuciosa investigación periodística, pero a través de una lectura ágil y un lenguaje accesible para el lector. Su mirada se asemeja a la de un jugador obstinado en reunir y ordenar las piezas del rompecabezas que conforman el emblemático y turbio caso Wallace: un caso lleno de confusiones, absurdos e incógnitas imposibles de resolver para el ojo común. El resultado es un relato que cuestiona de raíz la narrativa oficial promovida desde las esferas del poder y lanza una pregunta inquietante: ¿y si todo esto no fuera más que una simulación para ocultar algo aún más terrible de lo que ya se nos ha contado?
Fabricación es, en ese sentido, más que una crónica: es una advertencia sobre lo que ocurre cuando la justicia se convierte en espectáculo y la verdad en mercancía política.
Una madre, un mito…

El llamado caso Wallace se caracterizó, principalmente, por su enorme relevancia mediática. En primer lugar, porque Isabel Miranda de Wallace, madre del joven empresario supuestamente privado de su libertad, utilizó numerosos espectaculares de su propiedad en la Ciudad de México para dar a conocer no solo que su hijo había sido secuestrado, sino también quiénes —según ella— habían sido los responsables: la llamada “banda de secuestradores de Chalma”, integrada por Albert Castillo Cruz, Tony Castillo Cruz, Jacobo Tagle Dobín, Brenda Quevedo Cruz, Jael Malagón Uscanga y Juana Hilda González Lomelí. Con estas acciones, exigía justicia y solicitaba información a la ciudadanía, ofreciendo recompensas a cambio.
Sin embargo, no fue un circo mediático únicamente por las estrategias de la señora Miranda de Wallace. El caso resultó ser un relato sumamente conveniente para las esferas de poder mediático y político en un momento de gran fragilidad institucional. Hugo Alberto Wallace desapareció en la última etapa del sexenio de Vicente Fox, pero el verdadero impacto se consolidó durante el gobierno de Felipe Calderón, cuando Isabel Miranda adquirió un poder incalculable. En 2010, fue el propio Calderón quien le entregó el Premio Nacional de Derechos Humanos, pese a las múltiples denuncias en su contra por tortura, violaciones a los derechos humanos, encarcelamientos injustos y detenciones ilegales.
Fabricación demuestra que este caso alcanzó tal magnitud mediática porque se construyó sobre una narrativa conveniente: la de la madre que todo lo da y todo lo lucha por su hijo, casi al estilo de una representación de la Virgen María, abnegada y pura, víctima de la maldad que la rodea. Pero al escudriñar en esta lectura, el lector descubre que la fabricación de culpables es, en realidad, un modo de operar de la falsa justicia del país. Y que, detrás de la historia fabricada de una madre que sufre, hubo muchas otras madres —las de los imputados— y múltiples víctimas directas e indirectas, cuyas vidas fueron arrasadas de manera inimaginable e irreversible. Lo mínimo que nos corresponde como sociedad es escuchar también esas versiones, sobre todo cuando el expediente del caso está plagado de incongruencias.
Más allá de la propia investigación periodística de Ricardo Raphael para desenmarañar este entramado, Fabricación evidencia que el diablo está en los detalles: la verdad no siempre aparece en los titulares ni en los discursos oficiales, porque suele ser callada, minimizada u ocultada para proteger intereses de poder. Esa verdad, sin embargo, se filtra en la memoria de quienes rodearon los hechos y, sobre todo, en los “descuidos” de los perpetradores. Tal es el caso de una diminuta prueba en forma de gota de sangre, supuestamente hallada en el lugar del crimen.

La gota de sangre y el punitivismo como el eje imperante
Desde las primeras páginas, es evidente la intención de Ricardo Raphael por construir una obra accesible al público general. A través de capítulos breves y concretos, relata los acontecimientos con una narrativa ágil que, por momentos, recuerda a las series de investigación policiaca: historias que se entrelazan a medida que el narrador y los implicados descubren el fenómeno en el que se encuentran inmersos, hasta llegar —si no a resoluciones— sí a conclusiones contundentes.
El libro comienza con el episodio que involucró personalmente al autor en el caso: una entrevista televisiva con Isabel Miranda de Wallace, empresaria de la Ciudad de México que exigía justicia tras el secuestro y supuesto asesinato de su hijo, Hugo Alberto. Una de las pruebas más contundentes para encarcelar a los presuntos integrantes de la llamada “banda de secuestradores de Chalma” fue una diminuta gota de sangre hallada meses después en el baño donde supuestamente había ocurrido el crimen. Esa muestra, comparada con el ADN de José Enrique del Socorro Wallace, esposo de Miranda, coincidía con el de él y se presentó como prueba de que Hugo Alberto habría sido asesinado en ese lugar.
Sin embargo, tras la transmisión de ese programa, Carlos León Miranda —primo de Isabel y verdadero padre biológico de Hugo Alberto— se comunicó con Ricardo Raphael para revelar un dato crucial: si él era el padre, la coincidencia genética de la muestra de sangre era explicable y, por tanto, la evidencia podía haber sido sembrada. Este giro expone un caso lleno de inconsistencias, más cercano al absurdo que a un plan criminal minucioso. Fabricación muestra cómo un error tras otro no bastó para detener la maquinaria que siguió destruyendo vidas: la de los acusados y la de sus familias, quienes hasta hoy luchan contra consecuencias irreparables.
El libro también señala lo redituable —en términos de poder— que resulta el punitivismo en México. Ante el dolor y la impunidad, la venganza suele disfrazarse de justicia, aunque esté sustentada en la tortura o en la fabricación de culpables. Isabel Miranda de Wallace construyó un discurso punitivista que se presentó como implacable búsqueda de justicia, pero que en realidad reforzó un sistema de odio y represalia. Esta narrativa encontró eco en una sociedad profundamente lastimada, donde el hartazgo frente a la impunidad se convierte en terreno fértil para aceptar castigos ejemplares, incluso cuando la culpabilidad no ha sido probada.
En ese contexto, no se trata de restaurar el daño a las víctimas reales, sino de escenificar un castigo que satisfaga el deseo colectivo de venganza. Más grave aún: en ocasiones, estas narrativas punitivistas son utilizadas para construir poder político y satisfacer intereses personales, a costa de la dignidad y la vida de quienes terminan convertidos en víctimas colaterales. Con ello, Fabricación no solo desnuda las incongruencias judiciales, sino que también revela cómo el punitivismo puede convertirse en el motor de una justicia vengativa, capaz de arrasar con todo a su paso.
Conclusión: El fraude detrás del heroísmo oficial

“Fabricación o producción de culpables” es un término que Ricardo Raphael ha utilizado en entrevistas y programas televisivos, y que resume con precisión cómo el poder mediático se articula con el político y el judicial en estrategias que, al fortalecer la corrupción, debilitan el acceso a la justicia y la defensa de la dignidad de las personas.
Tal como se documentó en innumerables ocasiones en el caso Cassez-Vallarta, el gobierno repite un mismo modo de operar: fabricar culpables resulta atractivo porque permite entregar a la ciudadanía narrativas cargadas de sensacionalismo y emociones fuertes, funcionando como una especie de “anestesia” frente a los dolores sociales legítimos. Al mismo tiempo, se proyecta la imagen de un Estado eficiente, capaz de hazañas dignas de las mejores novelas de heroísmo gubernamental y policial.
En Fabricación queda claro que, para las autoridades, ha sido más conveniente producir culpables que enfrentar la verdad. De este modo, aseguran el control sobre las narrativas que llegan a la sociedad, presentando un teatro macabro que conmueve y moviliza pasiones colectivas, mientras ocultan sus verdaderas intenciones, acciones y estrategias.
Ese teatro, sin embargo, arrasa con todo a su paso, sin reparar en las consecuencias. La obra de Ricardo Raphael desmantela esa construcción ficticia en la que las supuestas víctimas fueron elevadas a figuras intocables, mientras se revela —con innumerables evidencias— que la historia ocultaba una realidad distinta: la de victimarios disfrazados y, en contraste, más de 30 víctimas directas e indirectas, sin contar a la ciudadanía mexicana, que también fue víctima de un engaño y de un fraude monumental.
De ahí que Fabricación no solo relate un caso emblemático, sino que también retrate una práctica recurrente en el país: la producción sistemática de culpables como herramienta de poder político.
Dónde conseguir la obra
Fabricación está editada por Seix Barral, sello perteneciente a Editorial Planeta en México, y se encuentra disponible en las principales librerías comerciales del país. Puede adquirirse en Mercado Libre, Amazon, la página oficial de Editorial Planeta, Librerías Gandhi, El Péndulo, entre otros puntos de venta físicos y digitales.
Consejos para el lector
La lectura del libro se enriquece al acompañarla con el material disponible en la página oficial del proyecto: fabricacion.mx. En este sitio, Ricardo Raphael comparte evidencias, fotografías, videos y expedientes judiciales que respaldan la investigación. Al momento de realizar esta reseña, se encuentran disponibles los materiales correspondientes a los capítulos 1 al 6, aunque el autor continúa trabajando para publicar el resto del contenido.
Es recomendable tener a la mano la página oficial durante la lectura, pues cada evidencia compartida añade capas de comprensión al complejo entramado que Fabricación revela.
Redes sociales del autor
- Sitio web: ricardoraphael.com
Instagram, Facebook y X: @ricardomraphael
