Jack Kerouac, William Burroughs y Allen Ginsberg son los protagonistas de la generación beat. ¿Pero qué significa este término “beat”? Era una palabra utilizada para referirse a aquellas personas un tanto extrañas, mejor dicho, que no encajaban con la sociedad de la época. En este sentido, para comprender de una manera más adecuada, pensemos en nuestra sociedad mexicana; los horarios populares con los cuales una gran parte de la población es contratada es; de 9:00 a.m. a 6:00 p.m., en el mejor de los casos con una jornada de lunes a viernes, pero en otros muchos escenarios con un solo día de descanso que podría ser entre semana. Ahora bien, si hablamos de los traslados, tendríamos la oportunidad de dimensionar un poco más el tiempo que no utilizamos en actividades personales y recreativas. La mayoría de los empleados pasamos alrededor de 11 o 12 horas fuera de casa en los días que tenemos que laborar. Probablemente, los beat atestiguaban algo parecido y no estaban conformes con lo que la sociedad les ofrecía, sin lugar a duda, esa inconformidad los puso en marcha al encuentro de la vida y la existencia.
Cada uno de nuestros protagonistas escribió una serie de libros, pero quizás, las más representativas del movimiento beat fueron: “En el camino” de Jack Kerouac, “El almuerzo desnudo” de William Burroughs, y “El aullido” de Allen Ginsberg. De estas tres obras, probablemente se llegó a la cumbre a través de “En el camino”, una obra que retrata la vida de la generación beat; llena de excesos en busca del sentido de la existencia. El escape a través de la carretera los mantenía encendidos, como cohetes, diría Kerouac. En esta contemplación de la vida nace su poesía con estruendo y furia que implora encontrarse consigo mismo en el camino. Neal Cassady, miembro del círculo beat, figura en este libro y otros más, ya que, si se le tuviera que describir en pocas palabras, se diría de él que fue un provocador de incendios. Incendiaba mentes, y mientras ardían, se disponía a iniciar una especie de ceremonia caótica.
Burroughs fue descrito por Kerouac como un verdadero maestro, puesto que mencionaba que nunca había perdido el interés por aprender y tenía a la vez mucho que enseñar. De acuerdo con su libro “El almuerzo desnudo”, el cual habla sobre adictos a la heroína, me parece relevante mencionar que el mismo Burroughs fue adicto a la heroína y además se sospecha que su brazo fue uno de los más inyectados por esa sustancia. En dicho libro, se atestigua cómo es la vida de los adictos a la heroína y cómo terminan en la mayoría de los casos, pero también cómo el protagonista de esa historia pudo superar tal adicción. Entre sus letras nos desmoralizamos, aunque también sirve para conectar con nuestra propia naturaleza de ser humano, ya que se describen historias en donde aparentemente no existe un afecto por el prójimo y, además, en evidencia de su necesidad, somos capaces de dar el tiro de gracia.
Por otro lado, William Burroughs solía emplear una técnica cut – up para escribir sus libros, que básicamente significa que recortaba los textos y los reorganizaba para subvertir mensajes.
Finalmente, Allen Ginsberg exploró una ruta, para ese entonces poco transitada, en la poesía. Se olvidó de versos que tuviesen que rimar en su composición, no le parecía importante una estructura formal. Arrojó, mejor dicho, aulló versos promiscuos que, en algunos casos, fueron pronunciados a manera de protesta frente a la red sistemática de la sociedad.
La generación beat escribió fuera del margen y a pesar de sus excesos, nos muestra que hay puertas más allá de lo ordinario y que nos esperan, ¿por cuánto? No lo sé. ¿Estás listo para emprender el camino?


