El mundo del deporte está lleno de pruebas que buscan llevar al ser humano al extremo. Desde los maratones tradicionales hasta los ultratrails en montañas remotas, cada disciplina ofrece un escenario distinto para medir resistencia, fuerza mental y capacidad de superación. Sin embargo, en los últimos años ha ganado notoriedad un formato único y radical: el Backyard Ultra, una carrera aparentemente sencilla en reglas, pero diseñada para ser potencialmente interminable y poner a prueba la mente tanto como el cuerpo.
El origen de este evento se remonta a 2011, cuando el estadounidense Gary Cantrell (conocido en el mundo del ultrarunning como Lazarus Lake y creador también de la legendaria Barkley Marathons) ideó una prueba con un concepto minimalista: recorrer un circuito de 6,706 kilómetros (4.167 millas) cada hora. La distancia no es casual; está pensada para que, completando 24 vueltas en un día, el corredor acumule la distancia exacta de 160.9 kilómetros, equivalente a 100 millas. Lo que marca la diferencia es que no existe una meta predefinida: la carrera solo termina cuando queda un único participante en pie, el llamado last man standing o “último sobreviviente” (Valldecabres, 2025).
La dinámica parece simple: los corredores inician en un punto de cada hora, sin importar su estado físico o mental. Si llegan con tiempo de sobra, pueden descansar, hidratarse o comer. Si se retrasan y no logran comenzar la siguiente vuelta a tiempo, quedan eliminados. Esta repetición cíclica convierte al Backyard Ultra en un juego de resistencia mental tanto como física. No basta con correr rápido; se trata de administrar energías, soportar la monotonía del circuito, gestionar el sueño y resistir el dolor que se acumula vuelta tras vuelta.
El formato ha encontrado eco en todo el mundo, con carreras locales que funcionan como clasificatorias al campeonato mundial. En octubre de 2023, el belga Merijn Geerts y el francés Ihor Verys protagonizaron una de las ediciones más épicas en Tennessee, Estados Unidos, completando 108 vueltas consecutivas, lo que equivale a 724 kilómetros recorridos en cuatro días y medio. Ese récord asombró a la comunidad deportiva global, no solo por la cifra descomunal, sino por la capacidad de concentración y disciplina necesarias para sostenerse tanto tiempo en movimiento con descansos tan breves.
México también ha visto crecer este fenómeno. En estados como Jalisco, Querétaro y Puebla se han organizado ediciones del Backyard Ultra, atrayendo a corredores que buscan un reto distinto al ultramaratón clásico. La sencillez del formato democratiza la competencia: no gana necesariamente el más rápido, sino el más constante y mentalmente fuerte. Incluso atletas amateurs pueden sorprender alcanzando distancias que jamás imaginaron posibles.
Más allá del espectáculo, el Backyard Ultra plantea reflexiones sobre los límites humanos. ¿Hasta dónde puede el cuerpo resistir con apenas minutos de descanso por hora? ¿Qué papel juega la mente cuando el cansancio extremo amenaza con doblegar al atleta? Estudios recientes en fisiología deportiva han analizado este tipo de eventos para entender mejor la fatiga, la deprivación del sueño y las adaptaciones psicológicas necesarias en pruebas de resistencia extrema.
El impacto mediático también ha sido notable. A través de transmisiones en vivo y redes sociales, los aficionados siguen con atención cada vuelta, generando una narrativa casi cinematográfica donde los competidores se convierten en personajes de una historia de supervivencia deportiva. El público no solo observa una carrera, sino un drama humano que se despliega lentamente, vuelta tras vuelta, hora tras hora.
En definitiva, el Backyard Ultra es una prueba que rompe con las convenciones del deporte competitivo. No busca marcas establecidas ni récords exactos de tiempo, sino explorar la resistencia sin un final predeterminado. En un mundo acostumbrado a metas claras y cronómetros precisos, este formato propone algo radicalmente distinto: una competencia que dura lo que la voluntad de los corredores pueda sostener. Para quienes participan, cada vuelta es una batalla consigo mismos; para quienes observan, una lección sobre hasta dónde puede llegar la tenacidad humana.
Referencias
Valldecabres, V. (2025, septiembre 20). Backyard Ultra: La carrera donde el límite lo pones tú. Recuperado de https://www.victorvalldecabres.com/backyard-ultra/

