Hoy, como cualquier otro día, un automovilista vuelve a hacer caso omiso del señalamiento de no estacionamiento en zonas de rampas de discapacitados, en el estacionamiento compartido de las Facultades de Derecho y Filosofía y Letras.

Parece ser muy común este comportamiento en los usuarios de dichas facultades, ya que esta conducta se repite diariamente sin que haya empatía por la persona que usa las rampas para movilizarse eficazmente en su facultad o ya sea que esté de paso. El porcentaje de personas usuarias de estas rampas, aunque no sabemos el número exacto de las personas que usan estas rampas, tienen la necesidad de utilizarlas todos los días, sin excepciones. Aunque se bloqueen un solo día, significa que estas personas van a necesitar un esfuerzo extra innecesario para rodear ese obstáculo.

Es inexplicable ver cómo las personas que tienen resuelta la movilidad gustan de ignorar las reglas de vialidad que son para todas las personas y que lo hacen por inconsciencia o por capricho de querer obtener un lugar más privilegiado a sus necesidades.

Parece inconcebible que en un lugar donde se reúnen estudiantes de nivel superior para obtener mayor conocimiento, tolerancia y respeto de las normas que nos rigen, se vean tales faltas de respeto hacia las mismas personas. ¿Será que la educación no corrige nuestros comportamientos y valores?