Categoría: Filosofía

Por: ROSANIO BRAVO DIAZ / Fecha: noviembre 13, 2025

El gnosticismo consistió principalmente de la mezcla de una fuente helénica con una fuente cristiana, y sostuvo que la gnosis es el medio de salvación y Cristo forma parte de una serie de emanaciones.

La escuela gnóstica de Valentino tuvo el mayor número de seguidores.

I.- Su característicaEl gnosticismo fue uno de los enemigos del cristianismo contra los cuales los padres apologistas defendieron la doctrina cristiana; y fue constituido por una fusión de elementos escriturísticos y cristianos, griegos y orientales. La palabra gnosis, la cual fue tomada de la tradición griega, especialmente del pitagorismo, significa el conocimiento que los iniciados tienen de lo divino; y los gnósticos insistieron en la gnosis como medio de salvación. Generalmente, se les llama gnósticos a los pensadores que para elaborar sus grandes sistemas teológico-filosóficos mezclaron las especulaciones de tipo neoplatónico con los dogmas cristianos y las tradiciones judaico-orientales. Debido a que el gnosticismo ha consistido, principalmente, en la mezcla de una fuente helénica con una fuente cristiana, su comprensión ha dependido si se ha dado mayor peso a la fuente helénica o a la fuente cristiana. Así que, para algunos, el gnosticismo es una “filosofía cristiana” o, por lo menos, un intento de ella. Esta opinión fue defendida por A. Harnack, de la cual estuvo muy cerca la de Plotino, quien en su tratado contra los gnósticos no distinguió entre ellos y los cristianos; sino que, los englobó a ambos en un común sentimiento anti-helénico. Sin embargo, para otros, el gnosticismo es una manifestación interna del pensamiento antiguo en su estado de decadencia, el cual aprovechó para su constitución los elementos que le aportaron el cristianismo y los aparentes conflictos entre la Antigua y la Nueva Ley.

Existieron tres tipos de gnosis: la gnosis mágico-vulgar, la gnosis mitológica y la gnosis especulativa. De las tres, la que tiene mayor relación con los conceptos filosóficos es la gnosis especulativa, y fue la que combatieron los padres apologistas de la iglesia cristiana.

II. Los personajes más importantes de la gnosis especulativa

Los personajes más relevantes de esta gnosis fueron: Basílides, Carpócrates, Marción, Valentino. Cada uno de ellos sostuvo una postura doctrinal.

A.- Basílides

Basílides, en su doctrina, mezcló muchos elementos filosóficos—platónico-eclécticos y estoicos—con rasgos mitológicos. Él sostuvo que existe un Dios supremo, uno e innominable que contiene dentro de sí las semillas de las demás realidades. Estas semillas son comparables con las ideas de Platón y con principio o razones seminales de los estoicos. Dios extrajo de estas semillas una serie de entidades que permanecen en la esfera divina, en el Estereoma celeste, de la cual surge un primer Arconte de naturaleza inferior a las series encerradas en el Estereoma, la que engendra el universo supralunar. Así, aparece la Ogdoada, hijo del Primer Arconte, del cual nacen las entidades que son características del gnosticismo especulativo: Nous, Logos, Sofía y Dynamis (Fuerza).  Los otros seres que ocupan 365 cielos son producidos por otras emanaciones. El demiurgo, Dios de los judíos, está en el último cielo. Se desencadena un proceso dramático, cuando el Primer Arconte cae de su estado y debe redimirse por la gnosis y por la aparición de Jesús el Redentor.

B.- Carpócrates

Carpócrates sostuvo un gnosticismo fuertemente influido por el platonismo ecléctico; y dos tesis capitales. La primera de ellas consistía en la afirmación de que el Dios supremo e increado, la máxima Unidad, había producido los espíritus inferiores, los cuales habían producido el mundo; y esta producción se aproxima, más, a la emanación que a la creación. Su segunda tesis consistía en su postura de que las almas humanas han existido desde antes de la producción del mundo y que han vivido en el seno de la Unidad Máxima; del cual han descendido (o caído) a la existencia terrestre y se esfuerzan por regresar a su fuente originaria. Las almas más puras son diferentes de las más impuras, dado que, las almas más puras poseen el recuerdo de su existencia anterior; pero, las más impuras se hallan sumergidas en el olvido.  Las almas más impuras tienen que transmigrar hasta purificarse. Además, Carpócrates mantuvo la tesis de que Jesús es el Hombre Perfecto, de alma absolutamente pura; y que por estas cualidades que él tiene es el Redentor de las almas caídas.

C.- Marción

Imagen de Marción en un aula de filosofía

Marción fue excomulgado de la iglesia por el obispo de Sínope, el cual fue su padre. Él sostuvo que entre el Dios del Antiguo y el Dios del Nuevo Testamento hay un dualismo. El Dios del Antiguo Testamento, según él, es extranjero, malo, demiurgo, creador de un mundo imperfecto a base de una materia preexistente y él mismo imperfecto; sin embargo, el Dios del Nuevo Testamento es bueno, era desconocido, hasta que fue revelado por Jesucristo; es suprema bondad y vigilante providencia. La obra de la revelación es la redención del hombre por Cristo; y en esa obra de revelación consiste la gnosis, la cual es el único medio para que el hombre pueda desprenderse de la materia y del mal en que se halla sumergido y ascender hasta la pura espiritualidad de Dios. El ascenso que el hombre puede lograr a la pura espiritualidad de Dios no es el resultado de un primado del ser sobre el no ser, sino la consecuencia de una lucha. El gnosticismo presupone, ante todo, la impotencia del Dios creador para ser plenamente bueno —y de ahí su fracaso en la creación—, y coloca a la materia frente a él, como algo esencialmente preexistente y resistente, que el Dios-demiurgo no puede plasmar debidamente. Por otra parte, el carácter dramático del proceso del universo es explicado, más bien, por una continua producción de eones, que simbolizan las fuerzas esenciales.

D.- Valentino

Valentino nació en Alejandría, fue a Roma en tiempos del obispo Igino y allá propagó su doctrina hasta 160, y falleció en Chipre. A causa de que fue influido por Platón y de manera específica, por el platonismo ecléctico pitagorizante—y por algunas doctrinas estoicas, mezcló las tesis filosóficas con una parte de la gnosis mitológica y en particular la de los ofitas. Según la postura de Valentino, al comienzo hubo un ser no temporal e incorpóreo, increado e incorruptible, llamado Padre o primer Padre o también Eón (del griego αιών = eterno) perfecto. Este primer principio está formado por la pareja de términos, Abismo y Silencio; y de él emanan eones que están constituidos por parejas. La primera pareja que se deriva del primer eón es la Mente y la Verdad, de ellas emanan la Razón y la Vida; y de ellas, el Hombre (como determinación divina) y la Comunidad (εκκλησία, comunidad de vida divina). Estas ocho determinaciones divinas (oγδοάδαι) constituyen el reino de la perfecta vida divina o Pleroma. El último es la Sabiduría. Ella quiso descubrir al primer eón, es decir al abismo, y para lograr su objetivo procuró subir hacia las regiones superiores del Pleroma; pero, fracazó, y durante su intento dio origen al mundo, el cual presenta los caracteres de un esfuerzo incompleto, y los errores y el llanto que produce siempre un esfuerzo fracasado. De la desazón e inquietud de la sabiduría nacieron las tinieblas; del temor y de la ignorancia nacieron la malicia y la perversión, de la tristeza y el llanto de las fuentes de agua y los mares. Finalmente, Cristo fue enviado por el Primer Padre, que se caracteriza por ser inviolable en su misterio, para restaurar el equilibrio que la sabiduría rompió por su sueño loco. Hay tres categorías de seres humanos:  la categoría de los hombres carnales, la del conjunto de los psíquicos y la de la casta de los espirituales (pneumáticos). Los carnales están destinados a la perdición; los psíquicos pueden salvarse a costa de un esfuerzo; y los espirituales pueden conseguir la felicidad solo por la gnosis, es decir, únicamente por el conocimiento de los misterios divinos.

Bibliografía

  • Historia de la filosofía, tomo II, Frederick Copleston, Editorial Ariel, S.A,Barcelona.
  • Historia de la filosofía, volumen I, Nicolás Abbagnano, Traducción de Juan Estelrich, y J. Pérez Ballestar, Hora, S.A., Barcelona.
  • Diccionario de filosofía, Tomo I, José Ferrater Mora, Editorial Sudamenricana, Buenos Aires.
  • Diccionario de filosofía, Tomo II, José Ferrater Mora, Editorial Sudamericana, Buenos Aires.