Categoría: Salud

Por: MARLENE ESTEFANIA VENEGAS MUÑOZ / Fecha: octubre 6, 2025

La infancia actual se desarrolla entre pantallas, un entorno que ofrece comodidad y estímulos, pero que también redefine el modo en que los niños crecen y se relacionan.

En la era digital, las pantallas se han convertido en compañeras permanentes de la infancia. Desde caricaturas en televisión hasta videos en plataformas de internet y aplicaciones interactivas en tabletas celulares, los niños están expuestos a un universo tecnológico que, aunque ofrece entretenimiento y aprendizaje, también plantea riesgos silenciosos.

La comodidad que brindan a los padres, al mantener a los pequeños ocupados, se ha transformado en una rutina que en muchos casos sustituye al jugar al aire libre, la convivencia familiar y el desarrollo de habilidades sociales.

Según el sitio web Psicologooviendo.com, existen diversos riegos asociados al uso de pantallas en los niños, especialmente en aquellos menores de 2 años. Aunque pueda parecer que se entretienen o aprenden con rapidez, la exposición frecuente a dispositivos electrónicos puede generar consecuencias importantes en su desarrollo.

Entre los principales efectos se encuentran:

  • Retraso en el desarrollo del lenguaje: los bebés aprenden a hablar escuchando y respondiendo a voces reales, no a personajes animados.
  • Falta de autorregulación emocional: cuando la pantalla se utiliza como calmante , el niño no desarrolla la capacidad de manejar sus emociones por si mismo.
  • Déficit en habilidades sociales: la empatía, el contacto visual y la expresión de emociones se adquiere a través de la interacción con personas, no mediante pantallas.
  • Menor capacidad de atención: los estímulos digitales rápidos y brillantes pueden afectar la concentración a futuro.
  • Disminución de vínculos con los cuidadores: si el tiempo frente a las pantallas sustituye la interacción humana, se debilita la conexión emocional entre padres e hijos.
  • Trastornos del sueño: la luz azul y la sobre estimulación interfieren en las rutinas de descanso, dificultando un sueño reparador.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda que los niños de entre dos y cinco años usen dispositivos electrónicos como máximo una hora al día, señalando que, si es menor, es mucho mejor. En el caso de los bebés menores de un año, no deben utilizar pantallas bajo ninguna circunstancia.

Las pantallas pueden ser un recurso útil en ciertos momentos, pero requieren un manejo consciente. Remplazando su uso excesivo por juegos, actividades creativas y momentos en convivencia familiar, permite que los niños desarrollen mejor sus habilidades sociales, emocionales y cognitivas, favoreciendo así un crecimiento más equilibrado.