En un artículo anterior que quizás pueda interesar al lector, hemos hablado del trampantojo, que es otro recurso que utilizan los artistas manejando la perspectiva como herramienta para “jugar” con el espectador y engañar al ojo. Si en el trampantojo la finalidad es ver algo que no está allí, con la anamorfosis se busca esconder por medio de la distorsión algo que efectivamente sí está en la obra.
De acuerdo con el Diccionario de términos artísticos (Sílex), la anamorfosis etimológicamente significa transformación, y nos habla de una pintura o un dibujo que ofrece a la vista una imagen deforme y confusa, que, si se le contempla desde un determinado punto se vuelve regular y acabada. Tradicionalmente, se le ha adjudicado a Leonardo da Vinci el descubrimiento de la anamorfosis deliberada, no solo por su fama de inventor y su gran capacidad de observación y experimentación, sino porque los primeros ejemplos documentados y preservados hasta el día de hoy aparecen en sus notas. Particularmente en el Codex Atlanticus que se encuentra en la biblioteca Ambrosiana de Milán.

La anamorfosis fue un recurso popular en el Renacimiento, pues los artistas estaban sumamente interesados estudiando y perfeccionando la perspectiva en la pintura. Recordemos que previo al Renacimiento, en el arte Gótico y Románico, la pintura buscaba mostrar una imagen simbólica (casi siempre religiosa) que más que una representación de la realidad y de la naturaleza buscaba llevar al fervor y a la reflexión. Así que los artistas del Renacimiento, buscando hacer representaciones técnicamente más apegadas a la realidad, comienzan a representar la naturaleza de una forma más fidedigna y para hacerlo era necesario comprender la perspectiva linear. Si bien cada periodo de las clasificaciones del arte son valiosas, la diferencia entre el arte Gótico y el Renacimiento es sorprendente. El uso de los colores y aceites, el tamaño de las figuras presentes en el cuadro, el uso de sombras, del sfumato e incluso los temas de las pinturas transformaron por completo el arte. Pero quizás la característica que mas denota que es un arte renacentista es precisamente la perspectiva.

Una vez que se descubrieron las reglas de la perspectiva, se comenzó a probar, modificar y a experimentar con ellas. Así llegamos a obras de arte con muy buenos ejemplos de anamorfosis a pesar de la gran capacidad del artista de representar la naturaleza tal como la observamos. Esto solo nos lleva a concluir que estas anamorfosis no son accidentales, sino totalmente estudiadas y deliberadas. Era una forma del artista de jugar con el destinatario de su arte, de añadir mensajes ocultos a plena vista y sobre todo servían como muestra de su avanzado grado de habilidad artística. Y uno de los mejores ejemplos de esto es la obra “Los Embajadores” (1533) de Hans Holbein ‘el joven’.

Este cuadro que representa el encuentro entre el embajador francés Jean de Dinteville con el obispo católico Georges de Selve. A pesar de que es un cuadro interesante por lo que representa este encuentro dada la situación político-religiosa de Inglaterra en ese momento y de que la capacidad como pintor de Holbein es innegable, son quizás los elementos simbólicos lo que ha hecho tan interesante esta pintura. Por un lado, cada objeto que se encuentra en las dobles repisas tiene un significado simbólico. Como también lo tiene el cristo escondido tras la cortina de fondo, los objetos en las manos de los personajes y sus vestimentas.
Pero sin duda, es la figura central en la parte inferior la que más llama la atención una vez que se le han dedicado unos instantes a ver el cuadro. Y también es esta figura la que ha hecho a “Los Embajadores” tan famosos. La anamorfosis quizás no sea muy clara viendo el cuadro de frente desde una pantalla (como tampoco lo es si se está frente a la pintura), pero en las imágenes a continuación intento acercarme de forma que sea más clara la calavera que se esconde en pleno cuadro.
Para poder observar la figura sin la distorsión, es necesario caminar hacia el lado derecho de la pintura y observarla de forma lateral a ella. No es extraño ver en la National Gallery de Londres, donde se encuentra, que la mayoría de las personas están viendo el cuadro desde un extremo de este, en lugar de verlo de frente.

Las interpretaciones sobre la calavera de Holbein son muchas: lo efímero de la vida, lo pasajero que es el poder, la gloria o la fama, un memento mori, etc. Pero al final, siguen siendo solo interpretaciones, pues el artista nunca documentó la finalidad de la misma, lo que añade al encanto y misterio del cuadro mismo. Independientemente del significado, “Los Embajadores”, a casi 500 años de su creación, permanece como uno de los ejemplos más famosos de anamorfosis.
Fuentes:
Bango Torviso, Isidro et al. 2017. Diccionario de términos artísticos. Ed. Silex, Madrid.
Ramírez, Juan Antonio (dir.) 2022. Historia del Arte 3. La Edad Moderna. Alianza Editorial, Madrid.