Con la llegada de la primavera, también llega un problema molesto y recurrente para muchas personas: la rinitis alérgica (RA). Esta afección es una de las enfermedades más comunes en el mundo, afectando hasta al 40% de la población infantil y al 20% de los adultos (López-Pérez & Díaz-Narváez, 2023). Aunque no es una enfermedad mortal, su impacto en la calidad de vida es significativo, ya que puede provocar dificultades para dormir, afectar el rendimiento académico y laboral, y generar altos costos en salud pública.
Los Factores de Riesgo
Varios factores pueden predisponer a una persona a desarrollar RA. Entre los principales se encuentran los antecedentes familiares de atopia, el género masculino durante la infancia y la exposición a alérgenos ambientales como ácaros del polvo, pólenes y caspa de animales (Sozener et al., 2022). Además, el cambio climático y la contaminación han contribuido al aumento de la prevalencia de esta afección en los últimos años.
Síntomas y Diagnóstico
Los síntomas más usuales de la Rinitis Alérgica incluyen congestión nasal, estornudos, picazón en la nariz y rinorrea. En muchos casos, los pacientes también pueden experimentar conjuntivitis alérgica, disminución del sentido del olfato y dolores de cabeza. Además, la Rinitis Alérgica suele estar asociada con otras enfermedades como el asma y la dermatitis atópica (López-Pérez & Díaz-Narváez, 2023).
El diagnóstico es principalmente clínico y se basa en la historia médica y el examen físico. Sin embargo, en algunos casos, pueden llevarse a cabo pruebas adicionales de laboratorio como biometría hemática, medición de IgE específica y pruebas cutáneas para confirmar la causa alérgica (Meng et al., 2020).
Opciones de Tratamiento
El manejo de la Rinitis Alérgica se enfoca en tres estrategias clave: control ambiental, tratamiento farmacológico e inmunoterapia específica.
- Control Ambiental: Reducir la exposición a alérgenos es fundamental. Algunas recomendaciones incluyen el uso de fundas antiácaros, evitar alfombras y cortinas gruesas, y minimizar la exposición al polen en épocas de alta concentración (Adkinson et al., 2019).
- Tratamiento Farmacológico: Los antihistamínicos de segunda generación, como cetirizina y loratadina, son la primera línea de tratamiento por su eficacia y menor riesgo de efectos secundarios. Además, los corticoides intranasales (fluticasona, mometasona) son cruciales para controlar la inflamación. En pacientes con asma concomitante, los antagonistas de los leucotrienos (montelukast) pueden ser una opción efectiva (Bousquet et al., 2020).
- Inmunoterapia Específica: Para pacientes con RA moderada o grave que no responden bien al tratamiento convencional, la inmunoterapia puede ser una solución efectiva. Consiste en la administración progresiva de dosis crecientes de alérgenos para inducir tolerancia inmunológica, reduciendo significativamente los síntomas y la necesidad de medicación a largo plazo (Shanzo, 2019).
Se aproxima la primavera y con ello el cambio de clima, así que, ten en cuenta que la rinitis alérgica es una enfermedad frecuente que, aunque no pone en riesgo la vida, afecta considerablemente la calidad de vida de quienes la padecen. El diagnóstico temprano y un tratamiento adecuado pueden ayudar a controlar los síntomas y evitar complicaciones a largo plazo. Con el enfoque correcto, es posible disfrutar de la primavera sin sufrir las molestias de la Rinitis Alérgica.
Referencias:
López-Pérez, G. T., & Díaz-Narváez, L. (2023). Rinitis alérgica: a propósito de la llegada de la primavera. Acta Pediátrica de México, 44(2), 161-166.
Bousquet, J. et al. (2020). Next-generation Allergic Rhinitis and Its Impact on Asthma (ARIA) guidelines based on GRADE and real-world evidence. Journal of Allergy and Clinical Immunology.
Meng, Y. et al. (2020). Advances and novel developments in allergic rhinitis. Allergy.
Sozener, C. et al. (2022). Epithelial barrier hypothesis: Effect of the external exposome on the microbiome and epithelial barriers in allergic disease. Allergy.