Categoría: Filosofía

Por: ANTONIO SALVADOR FLORES FLORES / Fecha: noviembre 13, 2025

Generado con IA

El lenguaje se rompe ante el dolor; entre el algo, la nada y el todo, el silencio también dice.

Dentro del set terapéutico, podemos encontrarnos con determinadas palabras en el discurso del consultante; estas actúan como señales, pequeños indicios lingüísticos de que algo está ahí, aunque de manera vaga. Léxicos tales como algo, nada o todo pudieran tener un carácter estéril, pero para terapeutas experimentados son territorios de experiencia no simbolizados. Desde la mirada de Paul Ricoeur, estos indefinidos semánticos son grietas por las cuales se observa lo inefable (indecible) del sufrimiento humano. Para complementar este estudio, es necesario recurrir a la semiótica, especialmente a la de Algirdas Greimas, quien nombra a estas figuras como actantes vacíos que dan estructura y tejido a narrativas ocultas. A continuación, exploraremos cómo esta forma de términos, lejos de ser imprecisos y vacíos, son complemento de la experiencia del consultante, los cuales no tienen una forma lingüística precisa.

  1. El lenguaje y su filosofía: los términos indefinidos como síntomas hermenéuticos.

Para Émile Benveniste, los términos tales como algo, nada, todo, alguien, nadie, etc, operan como mecanismo de protección semántica, diluyendo una referencia concreta ante experiencias que desbordan los recursos simbólicos:

El sujeto recurre a la vaguedad léxica cuando la vivencia excede su capacidad de representación (Benveniste, 1974/2011, p. 89).

Ricoeur por su parte, profundiza en su teoría de la metáfora viva al decir que este tipo de palabras son síntomas de una fractura entre la experiencia vivida y los recursos narrativos:

Lo no-dicho se refugia en significantes gastados… la tarea de la hermenéutica es recrearlos en diálogo (Ricoeur, 1975/2001, p. 112).

Ludwig Wittgenstein propone una tesis descriptiva de esta forma de emplear el lenguaje, descrita en sus investigaciones filosóficas:

Los límites de mi lenguaje son los límites de mi mundo (Ludwig Wittgenstein, 1953/2008, 5.6).

Tenemos así que los indefinidos hacen referencia a la experiencia que se encuentra en el espectro de lo decible.

  1. Semiótica y su uso dentro del contexto psicoterapéutico: lo indefinidos y su función existencial

Según Greimas (1983) los siguientes términos son actantes vacíos en la estructura narrativa del consultante, los cuales pueden ser espacios vacantes que son significados y llenados de significado (Greimas, 1983/2010):

Palabra Función semiótica Ejemplo de pregunta
Algo Esconde una amenaza ¿Qué forma tendría ese algo si pudiese tocarlo?
Nada Rechaza una condición tolerable ¿Dónde estaría contenida esa nada?
Todo Totaliza una experiencia parcial ¿Qué parte podría tomar de ese todo?
Nunca Detiene el tiempo De todo lo narrado, ¿hay algo que se le parezca a lo que nunca ocurrió?

Lo anterior, puede incluirse en el enfoque corporal de Merleau-Ponty (1945/2012, p. 231) El cuerpo es el ancla de lo indecible, por lo que, al asociarlo, pueden surgir preguntas como ¿Dónde vive ese “algo” en tu cuerpo? Lo anterior con la finalidad de abrir y explorar vetas de simbolización.

  • Tres estrategias para pasar de la vaguedad a la simbolización:
  • Corporeizar (Merleau-Ponty):

Si ese “algo” tuviese peso/color/sonido… ¿cómo sería?

  • Escritura automática (surrealismo):

Completa 10 veces: mi nada es… (las asociaciones libres emergen en cuanto se deja el pensamiento lógico y se pasa al simbólico).

  • Dialogismo interno (Bajtín):

Si tu todo pudiese hablar ¿qué le preguntarías? ¿Qué te respondería?

Para Emilio Romero (terapeuta existencial):

Forzar la simbolización es violencia interpretativa. La paciencia hermenéutica respeta los tiempos del inconsciente (Romero, 2018, p. 76).

  1. Consideraciones éticas

Tenemos que advertir que las estrategias planteadas no siempre son aplicables y podrían tomar alguna de las siguientes formas:

  • Resistencia pasiva: el nada podría tomar la función de un escudo ante la exploración.
  • Autoengaño estructurado: todo está mal evita identificar problemas específicos.

Al respecto, Eugenio Trías, explica lo siguiente:

Lo indecible oscila entre lo inefable (inexpresable) y lo patológico (reprimido). El arte terapéutico está en discernirlo (Trías, 2000, p. 143).

Podemos concluir que las palabras vagas (indeterminadas) son testigos de guerras internas en busca de una victoria lingüística. Ricoeur señala:

La tarea no es llenar los vacíos, sino iluminar sus bordes para que el sujeto descubra qué silencio habita allí (Ricoeur, 1990/2010, p. 88).

Bibliografía

Benveniste, É. (2011). Problemas de lingüística general II (J. Almela, Trad.). Siglo XXI. (Obra original publicada en 1974).

Greimas, A. J. (2010). Semiótica de las pasiones (M. Arriaga, Trad.). Cátedra. (Obra original publicada en 1983).

Merleau-Ponty, M. (2012). Fenomenología de la percepción (J. Cabanes, Trad.). Planeta. (Obra original publicada en 1945).

Ricoeur, P. (2001). La metáfora viva (A. Neira, Trad.). Trotta. (Obra original publicada en 1975).

Ricoeur, P. (2010). Lo propio y lo ajeno (A. Neira, Trad.). Prometeo. (Obra original publicada en 1990).

Romero, E. (2018). Hermenéutica y terapia existencial. Síntesis.

Trías, E. (2000). La razón fronteriza. Destino.

Wittgenstein, L. (2008). Investigaciones filosóficas (A. García & C. Ulises, Trads.). UNAM. (Obra original publicada en 1953).