¿Quién cuenta la historia? Europa, la modernidad y el mito del progreso

Enrique Dussel, destacado filósofo latinoamericano, nos invita a reflexionar sobre el origen del concepto de “Europa” y el papel central que se le ha atribuido en la historia moderna. En su texto Europa, modernidad y eurocentrismo, plantea que lo que entendemos por “Modernidad” ha sido, en gran parte, una construcción ideológica que ha excluido las voces del sur global y ha invisibilizado a los pueblos colonizados, como los de América Latina.

Dussel denuncia que el relato tradicional de la historia mundial ubica a Europa como cuna del pensamiento racional, del desarrollo y del progreso. Sin embargo, esta narrativa olvida que durante siglos Europa fue una región periférica comparada con las civilizaciones musulmanas, asiáticas o africanas. No fue sino hasta el siglo XV, con la conquista de América y el control del Atlántico, que Europa logró posicionarse como “centro” de la historia mundial.

El autor critica la idea de que la modernidad surgió únicamente desde dentro de Europa a partir de eventos como la Reforma, la Ilustración y la Revolución francesa. En su lugar, propone una visión más amplia: la verdadera modernidad comenzó en 1492, con la colonización del continente americano, lo que permitió a Europa acumular riquezas, someter pueblos y expandir su influencia a nivel global.

Este proceso, sostiene Dussel, estuvo marcado por una violencia estructural disfrazada de civilización. El eurocentrismo moderno justificó la esclavitud, el exterminio de pueblos originarios, el sometimiento de la mujer y el saqueo de recursos naturales en nombre del progreso. El gran “mito de la modernidad” fue presentarse como un proyecto universal y emancipador, cuando en realidad excluía a la mayoría de la humanidad.

Frente a esto, Dussel propone una alternativa: la Transmodernidad. Este nuevo paradigma busca integrar las voces de “los otros” que fueron silenciados por el modelo moderno, promoviendo una visión de justicia global, donde las culturas no europeas tengan un papel activo en la construcción del futuro.

En un mundo que todavía arrastra los efectos del colonialismo, la propuesta de Dussel sigue siendo relevante: para construir una verdadera universalidad, es necesario reconocer primero a quienes fueron negados y marginados por la historia oficial. Solo entonces podremos hablar de una modernidad verdaderamente incluyente.

  • Dussel, E. (1992). 1492: El encubrimiento del otro. Ediciones Nueva Utopía.

  • Dussel, E. (2000). Europa, modernidad y eurocentrismo.

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