Esta sin duda es una pregunta filosófica profunda en donde encontramos muchas variables a analizar, pues, dado el mal en el mundo, resulta difícil poder decir con conciencia tranquila que el ser humano merece la medalla de ser bueno. Sin embargo, por otro lado, existen acciones de bondad que de alguna manera nos hacen ver que hay esperanza en el ser humano, además de poseer la capacidad potencial para llevarlo a cabo. Ahora bien, no se me hace posible que lleguemos a un consenso sano hablando desde una perspectiva que no sea teológica, pues me parece que ni siquiera es posible cimentar el bien y, por lo tanto, el mal sin un dador de tal ley.
Es por eso que voy a presuponer teológicamente la pregunta para poder dirigirnos a un puerto. Desde el principio, el ser humano, según relata el Génesis, fue creado para propósitos buenos a tal punto que es considerado bueno por Dios mismo. Donde podremos hablar de la naturaleza de Dios en términos morales variados en cuando el ser humano cayó en pecado. Esto básicamente es violar la ley del bien inscrito en Dios mismo y sus mandamientos, y aquí lo que se abre como debate es si al caer en pecado el primer hombre se vino una corrupción sobre las generaciones venideras como si fuera una herencia genética o algo por el estilo, por lo que esa es la cuestión.
Creo que existen 2 potencialidades en el ser humano, tanto la de hacer el bien como la de hacer el mal, y depende de lo bien o mal que estén orientados hacia el creador de la ley (Dios) y la agudeza de como actuarán. Sin embargo, yendo a la pregunta, creo que en ella se encuentra la respuesta, pues, el hombre ha sido hecho para potencialmente hacer el bien con la posibilidad de hacer el mal. Por lo que, la corrupción pienso se describe como esta potencialidad de hacer el mal, dado que no es el ser humano libre de la capacidad de violar el bien.
Desde este punto de vista, antes de la caída en el pecado, cuando no había sido cometido alguno, los primeros hombres sí que poseía en una cobertura especial en donde el pecado no operaba en la manera en que opera hoy en día en la humanidad en general. No obstante, es importante decir que dentro de este contexto todos los seres humanos necesitan de esa redención y reconciliación con el bien supremo que se encuentra intrínsecamente en el creador.