Los peligros de la tecnología.

Si bien es cierto que, desde el descubrimiento de la rueda, la vida del hombre ha mejorado; la tecnología nos ha facilitado la vida en diferentes ámbitos, desde el esparcimiento hasta tener una mejor calidad de vida, encontramos también que, el ser humano se vuelve dependiente a la tecnología, en la gran mayoría de los casos; esta tecnología se convierte en el fin y el hombre pasa a segundo término, convirtiéndose en el medio.

Antes de seguir avanzando en este ensayo, tengo que aclarar que, no estoy en contra de las tecnologías y que mi propuesta no es atacarla, sino solo señalar cómo el hombre no ha sabido hacer un uso correcto de ella.

Para Franco Volpi, en su ensayo “El hombre entre el nihilismo de la técnica y la responsabilidad ético-política” nos indica que, el hombre ha visto en la tecnología un sinónimo de progreso y esa verdad es indiscutible, ya que quien tenga la tecnología más avanzada, tendrá muchas más oportunidades de sobresalir, y eso lo vemos desde el niño de primaria que posé el iPhone más nuevo del mercado, hasta el país que cuenta con el sistema de armas más novedoso. Dicho en otras palabras, hemos asociado conceptos como, progreso, bienestar y felicidad o como lo dice el propio Volpi “Ellas aseguran al hombre el vivir bien o, cuanto menos, una vida mejor, una calidad de vida superior” (Volpi, p 2.) esto es lo que la humanidad cree obtener con las tecnologías, y en muchos casos lo es, hasta el punto de que esto se vuelve no solo una obsesión, sino un fanatismo equiparable a la religiosidad.

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⁣ ⁣Las tecnologías nos controlan

Las tecnologías en general fueron diseñadas para un bien, con el paso de los años hemos logrado avances significativos en pro de la humanidad, y como lo menciona Volpi, con las tecnologías estamos corrigiendo cada vez más los “defectos” del ser humano. Pero en todas estas “correcciones, mejoras, progreso y demás” no hay cabida para el uso racional, moderado y ético de estas mismas tecnologías.

Aun así, ¿en realidad existe un peligro en el uso desmedido de las tecnologías o es solo una paranoia conspiratoria? Para contestar esta pregunta nos remitimos a Heidegger, citado por Volpi “lo que es verdaderamente inquietante no es el hecho de que el mundo se convierta en un mundo completamente técnico. Mucho más inquietante es que el hombre no esté en absoluto preparado para afrontar esta transformación del mundo” (Volpi p 4.) estas palabras se convirtieron en una realidad, el hombre en general no ha estado preparado para esta transformación, de manera que hemos caído en excesos y abusos por el uso desmedido de las tecnologías, donde hemos acuñado nuevas enfermedades producidas por estas, el cáncer es una de ellas o también la nomofobia, el miedo irracional a no tener nuestro teléfono celular o a estar desconectados de internet.

Miedos y fobias se han producido por el hecho de no saber utilizar estas tecnologías. Las consecuencias son similares a la gente que es adicta a la morfina o al alcohol, nos hemos hecho adictos a la tecnología.

Cada vez más, el ser humano ambiciona accesos más rápidos, resultado más inmediatos y con menor esfuerzo, y en realidad eso no es malo, pero cuando nos volvemos dependientes a eso, entonces nos convertimos en adictos que, como cualquier otro, se requiere dejar la fuente de esa adicción con tratamientos y ayuda psicológica.

Ahora bien, ¿cómo podríamos contrarrestar estos efectos negativos que nosotros mismos nos hemos impuesto? Si bien, la solución se encuentra de manera personal en cada uno; encontramos en el ensayo de Javier Echeverría una cita de Mario Bunge donde nos dice que es necesario crear una “Tecnoética” que nos limite, que nos haga pensar en las consecuencias y que nos dé las herramientas necesarias para desarrollar responsabilidades que podamos acatar. (Echeverría, p 3.)

Un punto importante que no debe ser pasado por alto es que, ya es una realidad el daño que está causando el uso desmedido de las tecnologías, ya no podemos decir que, “en un futuro” como en su momento Aristóteles, Comte, Heidegger o Huxley, podríamos decir que actualmente ya existe una emergencia moral.

Ahora bien, hasta aquí pareciera que la ciencia actúa sin reglas y sin normas, pero no es así, hoy en día la mayor parte de la técnica y la ciencia se rige bajo normas y valores teóricos y experimentales, que buscan en sí mismos el bienestar del hombre, ya sea en medicamentos, medios de transporte, aparatos electrónicos, y demás, son diseñados para cumplir con un bien para la humanidad.

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⁣ ⁣Nuestra propia Tecno-Caverna de Platón.

Para regular todo esto, hoy en día se tienen varios valores, pero no todos favorecen al hombre como un ser en particular; algunos valores son en favor de gobiernos o economías. Aquí tenemos algunos valores que rigen la actividad tecnocientífica:

  1. Epistémicos: estos se basan en el conocimiento científico y buscan evaluar todo con bases en teorías y aportaciones que han sido confirmadas de manera “verosimilitud, adecuación empírica, precisión, rigor, intersubjetividad, publicidad, coherencia, repetibilidad de observaciones, ediciones y experimentos, etc.” (Echeverría, p 6.)
  2. Económicos: En este punto, los valores económicos son lo más importante, ya que el desarrollo de estas tecnologías es subsidiado por empresas privadas o por gobiernos que buscan un interés propio, no el del ser humano, este valor económico en mi particular punto de vista es el más peligroso, puesto que lo que busca es un bien en particular.
  3. Social: Este valor está emparentado con la cultura y es aceptado o rechazado por la misma sociedad, el problema que reside aquí es que, la cultura cambia su forma de pensar conforme los años pasan, aquí se aplica esta regla “lo que antes era desaprobado, hoy en día es aceptado” o viceversa, por ejemplo, lo que los NAZIS hacían con la aprobación de su gobierno en los campos de concentración, hoy en día se considera un crimen, y muy seguramente procesos que hoy se hacen con libertad, en algunos años no tendrán la aprobación de la sociedad, por lo tanto, este valor no es confiable, porque depende de lo que en ese momento sea aceptable para la sociedad, y en esto no puede existir un bien común, ya que el “bien” es solo para la sociedad actual.

Por último, solo quisiera agregar que, el desarrollo de las tecnologías que son en beneficio para el ser humano, han ayudado en nuestra vida diaria en el desarrollo de cada una de las áreas en la que el ser humano lo ha necesitado, la tecnología ha sido una bendición para el hombre y al mismo tiempo una maldición, hemos excedido su uso, nos hemos vuelto extremadamente dependiente de nuestra tecnología; es algo equiparable con el fuego de los dioses que fue robado por Prometeo, ya que esto nos ha permitido progresar a pasos agigantados y hoy somos capaces de moldear todo a nuestro alrededor, pero de la misma manera, este fuego viene acompañado con la caja de Pandora, la cual no supimos mantenerla cerrada, nos ganó la curiosidad.

Esperemos que las generaciones futuras aprendan a usar la tecnología con ética y moderación para que esto dé como resultado un bien general para la humanidad y no terminemos dominados por nuestra propia creación.

 

Bibliografía

Echeverría, Javier. «Tecnociencia, tecnoética y tecnoaxiología.» Revista Colombiana de Bioética. Vol. 5, No. 1. Universidad El Bosque, junio de 2010. https://virtual4.uach.mx/mod/resource/view.php?id=147596.

Volpi, Franco. EL HOMBRE ENTRE EL NIHILISMO DE LA TÉCNICA Y LA RESPONSABILIDAD ÉTICO-POLÍTICA. Italia: Universidad de Padua, s.f. https://virtual4.uach.mx/mod/resource/view.php?id=147591.

 

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